Descripción
Se trata de una ruta circular a uno de los picos más desconocidos, pero con mejores vistas, de la Sierra del Cadí-Moixeró. Gracias a sus 360 grados libres de cualquier obstáculo, desde su cima alcanzaremos a vista de pájaro el precioso valle de la Cerdanya, antesala del país galo. Hacia el oriente destaca la Tossa d’Alp, con su cima de tonos áridos. Si miramos dirección poniente, encontraremos la mayor parte de este sinuoso y escarpado cordal prepirenaico que forma la Sierra del Cadí-Moxeiró, donde destacan emblemáticos picos como el Vulturó o Comabona, con el permiso del inconfundible y popular Pedraforca, cuyo macizo se alza imponente, convirtiéndose en vigilante privilegiado de las cumbres pirenaicas. Finalmente, hacia el sur, dejamos los preciosos bosques del Bergadá, que tantos recursos naturales han dado a las gentes de esta comarca.
El itinerario de esta ruta se inicia en el aparcamiento del “Pont de Sant Nazari”, a unos 4km aproximadamente de la localidad de Bagà dirección norte. Se verá claramente, ya que se encuentra junto a una curva pronunciada y sin apenas vegetación.
La excursión comienza por una pista de apenas 1km, dirección Gréixer, donde encontraremos una baliza que nos informará de nuestro rumbo. Nuestra marcha será en progresiva y cómoda ascensión, ganando cota de altitud entre pinos negros, bojs y otros árboles a un lado e imponentes paredes rocosas al otro, con seguros apoyos de “Les Roques de Ventolana” y la “Roca Gran”. Así, alrededor de los 1550m-1600m de altitud descenderemos ligeramente buscando cruzar la “Canal de la Serp”, cuya senda remontará otros 250m aprox. por su vaguada, para acercarnos así hasta los muros que sujetan nuestro objetivo del día. Será entonces, ante su inquebrantable quietud y solemnidad, cuando por debajo de sus verticales aristas y paredones, avancemos hacia el oeste buscando el Coll del Raset.
Aquí haremos una aproximación al pico Penyes Altes de poco más de 1km siguiendo el cordal que nos conduce a nuestro objetivo para, una vez logrado, volver sobre nuestros pasos, despedirnos definitivamente del Raset y buscar a su compañero de vistas y vientos del norte, el Coll de Moixeró, para ya desde ahí comenzar a bajar disfrutando de las vistas hacia los hermosos bosques y campos del Berguedá.